El mes de marzo marca el cambio de la Época Oscura a la Época Luminosa dentro de la rueda del año, es el paso del invierno a la primavera: días primaverales combinados con días de viento, frío y lluvia.

Todo se mueve a gran velocidad, cambios rápidos y desconcertantes, no sólo a nivel ambiental, con días soleados y noches aún frías, sino también energético y físico. Estos cambios ayudan a sacudir los restos que quedan del invierno, invitan a sacudirnos la pereza, el estar en la cueva, invitan a salir, a disfrutar de la explosión de la Naturaleza que se aprecia en todas partes.  

Este año, la luna llena de marzo llega antes del Equinoccio de primavera – Ostara: es la última Luna Llena de la Época Oscura y marca el punto final del Trabajo de interiorización, de observación y escucha de nuestra propia Sombra que hemos estado realizando estos meses atrás, desde Mabon.

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