La Luna Fría brilla en el cielo, su luz ilumina los tejados helados, los campos cubiertos de nieve, las aguas que reposan bajo el hielo. El frío tiene a la Tierra en espera, palpitando lentamente bajo la Luna. Todo se mueve, despacio pero incansablemente. La Luna Fría observa, siente ese movimiento, conoce el lugar en el que cada semilla crecerá, está también esperando que todo se renueve, que todo despierte a la Vida, con la conciencia plena del renacer de la Naturaleza.
Es esta la primera Luna Llena del año, venimos de la Luna de diciembre (Luna de las Largas Noches) y de Yule que marcó la noche más larga. Poco a poco, las noches van acortándose y las horas de Sol se alargan, el ciclo de la Naturaleza va aumentando nuestras energías de forma sutil pero constante. Este pequeño movimiento hacia adelante nos invita a hacer lo mismo: comenzar a pensar en cómo traer a Tierra las ideas que estamos «hibernado» desde el solsticio. La Luna de las Blancas Noches nos pide meditar sobre los objetivos que queremos alcanzar este año.
Es tiempo de revisar tus proyectos y metas, evaluando lo realista de cada uno de ellos, cómo de acertados son, qué impulso necesitas, de dónde vas a sacar la voluntad y la fuerza necesarias para poderlos llevar a buen término…
Nos enraizaremos con la Toma de Tierra, Trazaremos el Círculo, invocaremos a los Elementos, bajaremos la Luna y el trabajo que haremos en meditación girará en torno a esta premisa que la Madre Naturaleza nos muestra: paciencia, preparación y reflexión, tomarse tiempo para que nuestro próximo renacimiento sea todo lo positivo, real y duradero que podamos. Haremos la Bajada de la Luna y enviaremos su energía mediante un Cono de Sonido. Terminaremos compartiendo comida y bebida, despidiendo y abriendo el Círculo.
Tan pronto compres tu entrada recibirás un mail con toda la información específica sobre el Trabajo Mágico que vamos a realizar para que puedas llevar los materiales necesarios, así como comida y bebida para compartir.